domingo, 26 de febrero de 2017
Ni tú ni yo somos los mismos
El hombre más despierto de su época.
Nadie como él comprendió el sufrimiento humano y desarrolló la
benevolencia y la compasión. Entre sus primos, se
encontraba el hombre más perverso, siempre celoso
y empeñado en desacreditarlo e incluso dispuesto
a matarlo. Cierto día que estaba paseando tranquilamente,
el primo, a su paso, le arrojó una pesada roca desde la cima de una colina,
con la intención de acabar con su vida.
Sin embargo, la roca sólo cayó al lado de el
no pudo conseguir su objetivo. al darse cuenta
de los sucedido permaneció impasible, sin perder la
sonrisa de los labios. Días después, se cruzó con su
primo y lo saludó afectuosamente. Muy sorprendido,
le preguntó: -¿No estás enfadado?
-No, claro que no. sin salir de su asombro, inquirió:
-¿Por qué? Y el le dijo:
-Porque ni tú eres ya el que arrojó la roca, ni yo soy ya el
que estaba allí cuando fue arrojada.
El dice:
Para el que sabe ver, todo es transitorio; para el que sabe
amar, todo es perdonable
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